Hans Cousto
Los Tonos de la Octava Cósmica
Introducción
“Quien conoce el secreto de los sonidos, conoce el misterio del universo entero”
Hazrat Inayat Khan
Apenas existe una cultura que no habla del sonido del mundo o de las armonías de las esferas. Para los hindúes el principio de todas las cosas es “Nada”, el sonido primordial. Se habla de “Nada Brahma”, lo que significa algo como: El mundo es sonido. El sonido perpetuo de los círculos culturales de India y Tíbet es el “Aum”. La sílaba “Aum” es la más sagrada de todas y es el símbolo de la vibración primordial de la existencia.
En la antigua Grecia se hace una y otra vez referencia a los sonidos de las esferas. Así escribe Platón al final del 13. Libro de las leyes: “Cada figura y alineación de números y cada unión de los cuerpos celestes – y lo Uno como analogía para todo cuanto se manifiesta – han de mostrarse con claridad luminosa para aquel quien investiga de manera prudente. Sin embargo lo que estamos diciendo va mostrar, que cuando alguien mira debidamente lo Uno, mientras anhela aprender todo. Así entonces un lazo unificador de los nombrados llegará a la luz.”
El lazo unificador es la Ley de la Octava. Por medio de la aplicación sistemática de esta Ley a todos los fenómenos periódicos, se nos permite escuchar tanto las relaciones de las oscilaciones de los planetas, como también la estructura de diferentes átomos y moléculas. Nos queremos concentrar en este texto en los períodos de nuestro sistema solar, en el que vivimos, y develar el camino que nos lleva a conocer las armonías de nuestras esferas.
Herman Hesse recibió para su libro “El juego de abalorios” el Premio Nobel de literatura en 1946. Los fundamentos del Juego de Abalorios son: “La Ley de la Octava es el principio donde las matemáticas y la música tienen partes iguales, es aquella fórmula a través de la cual se pueden unir fórmulas astronómicas y musicales, matemática y música, hasta los colores, todo bajo un mismo denominador.”
A través de la Ley de la Octava es posible transportar todo el sistema solar al rango auditivo. El número de octavas representa la escala, al igual que en un mapa el paisaje es representado a escala del real. Las frecuencias fundamentales que tratamos en este texto son simples cálculos físico – matemáticos y muestran el fundamento científico de un antiguo misterio. Cada paso es fácil de seguir, cada uno puede comprobar los cálculos por sí mismo y no tiene que “creer”. Estos “Tonos Primordiales” están basados en un fundamento establecido en las ciencias naturales, sin embargo “unifican en sí todos los principios: La ciencia, adoración de lo bello y meditación.”
Así continuó Hermann Hesse en el Juego de Abalorios: “De pronto comprendí, que en el lenguaje, o por lo menos en el espíritu del juego de abalorios, todo es significativo, que cada símbolo y cada combinación de símbolos no lleva allí o allá, no lleva a ejemplos singulares, a experimentos y evidencias, si no al centro, dentro del secreto y de lo más íntimo del mundo, al conocimiento primordial. Cada cambio de mayor a menor en una sonata, cada transformación de un mito o de un culto, cada formulación clásica y artificial era, así lo descubrí en un rayo de momento bajo observación realmente meditativa, nada más que un camino directo al interior de los secretos del mundo, en donde en el ir y venir entre inspirar y expirar, entre cielo y tierra, entre yin y yang se desenvuelve eternamente lo sagrado.”
Los Sonidos Primordiales que tratamos en este texto son potencias acústicas de nuestro entorno natural cósmico y relacionarnos con ellos nos retorna de nuevo a estar en sintonía con el ocurrir de las cosas, o, como lo llaman los chinos, en sintonía con el “Tao” (el camino, el ocurrir de las cosas).
Por el significado universal de estas frecuencias fundamentales pueden emplearse en áreas muy diversas. Así que es posible crear música meditativa en sintonía exacta con el cosmos, que tiene efectos mucho más intensos que una música afinada arbitrariamente. Estas frecuencias también son el fundamento para la musicalización de horóscopos. Solamente si una música de horóscopo está afinada con estas frecuencias refleja física – y musicalmente una imagen sonora fiel a las constelaciones astronómicas. Lo mismo se puede decir de la música dirigida hacia la medicina, la terapia y la salud. La particular manera de actuar de cada una de las diferentes frecuencias fundamentales se trata en las diferentes páginas.
Otro campo de aplicación es la Fonopuntura. Se aplican diapasones en los diferentes puntos de acupuntura, introduciendo la frecuencia y su información vibracional a los meridianos.
En las descripciones para los tonos de la Tierra, la Luna, el Sol, Mercurio y Venus también se menciona la asignación al Chakra correspondiente. Para los tonos de la Tierra la asignación se puede definir como segura (Tono del Día = Chakra raíz, Tono del Año = Chakra del corazón, Tono del año platónico = Chakra coronilla), ya que ha sido comprobada y confirmada muchas veces. También la correlación del Tono de la Luna sinódica con el Chakra del sacro, y el tono del Sol con el Chakra del plexo solar se comprueba cada vez más y puede definirse como muy segura. En cambio la analogía de los tonos de Mercurio y de Venus se ha visto hasta ahora como hipotética y necesitan de mayor comprobación y confirmación, hasta que se pueden definir como seguras y ciertas.
La definición respectiva de los tonos en las tablas depende de la frecuencia de la nota fundamental. Si la definición del tono dice Fa# o Sol, significa que cuando se elige una nota fundamental más alta, ésta se asemeja a un Fa# y cuando se elige una nota fundamental más baja, se asemeja a un Sol. Si se muestran dos definiciones de tono, el primero siempre está relacionado con la nota fundamental de 440 Hz.
Este texto se propone como una guía rápida para el uso de los diapasones planetarios. Las descripciones también tienen validez para su aplicación en música afinada a los tonos planetarios en meditación y terapia.
Traducción: Rudi Wienand 2017
Del folleto Los Tonos de la Octava Cósmica
de Hans Cousto,
con licencia CC BY-NC 4.0